En noviembre de 2009, se realizó en Rusia, la 1era Asamblea Mundial nivel Ministerial sobre Seguridad Vial. Como resultado, en su Resolución nro. 64/255, 1 de marzo de 2010, la Asamblea General de la ONU proclamó el periodo 2011-2020 como «Decenio de Acción para la Seguridad Vial», con el objetivo general de estabilizar y, posteriormente, reducir las cifras previstas de víctimas mortales en siniestros de tránsito en todo el mundo aumentando las actividades en los planos nacional, regional y mundial. Asociada a dicha resolución, se diseña el Plan Mundial para el Decenio de Acción. Una de las acciones definidas en cuanto a la gestión de la seguridad vial, ubicada dentro del Pilar I del Decenio fue: "Promoción de iniciativas tales como la nueva norma ISO 39001". A nivel nacional, fue publicada la Ley Nro. 18.904 – Adhesión al Decenio de Acción por la Seguridad Vial de las Naciones Unidas.
La 2da Asamblea Mundial de Seguridad Vial ocurrió en Noviembre de 2015 en Brasilia, Brasil. Como resultado de la misma, se aprobó un enérgico documento final, siendo reflejado en la Resolución nro. 68/269 de la ONU; en la cual se definen acciones y se alertan sobre la situación y la dificultad del cumplimiento de la meta propuesta en el Decenio y sobre la necesidad de intensificar esfuerzos.
Cumplido el Decenio de Acción, el resultado principal esperado no se logró. El número de muertes en siniestros de tránsito no se estabilizó, siguió creciendo, especialmente en países de ingresos medios y bajos. El número de muertos pasó de 1,3 millones de personas en 2010 a 1,35 millones en 2016. Si bien el número es mucho menor que la proyección (se estimaba que el número de muertes podía llegar a 1,9 millones), el hecho de no lograr la estabilización deseada, indica que no se hizo lo suficiente. Si bien hay retos en todas las regiones del mundo, no todas han tenido una tendencia similar. Hay reducciones significativas del número de muertes en Europa y el Pacífico Occidental, estabilidad en las Américas y crecimiento del número de fallecidos en el Medio Oriente y África, y un gran incremento en el Sur y Oriente Asiático.
En febrero del 2020, luego de la 3era Conferencia Global Ministerial realizada en Suecia, se obtiene como resultado la Declaración de Estocolomo. En la cual se realiza un nuevo llamado a la acción, con las estrategias ya conocidas, y un énfasis en coordinación con otros objetivos de desarrollo sostenible ODS de la ONU (3.6 y 11.2). Se revisa la meta nuevamente: ahora se busca llegar al 50% de las muertes en 2030 con respecto a 2020 (en camino a una Visión Cero) y la misma reducción para los lesionados. La Asamblea General de las ONU adoptó la Resolución nro. 74/299 "Mejora de la seguridad vial mundial“ del 2 de setiembre del 2020, que proclama la Segunda Década de Acción para la SV 2021-2030.
En lo referido al contexto mundial, según Informe de la OMS al 2018, el 93% de esas muertes y lesionados ocurren en países de bajos y medianos ingresos, a pesar de que en estos países solo se encuentra el 60% de los vehículos. Los costos asociados a los accidentes de tránsito representan en promedio el 3% del PBI. Los siniestros de tránsito representan la principal causa de muerte a nivel mundial de niños y adultos entre 5 y 29 años. La tasa de mortalidad cada 100.000 habitantes en la Región de las Américas es de 15,6 al año 2016. Casi la mitad de los fallecidos por siniestros de tránsito en las Américas son peatones, ciclistas y motociclistas, corresponden a 22%, 3% y 23% respectivamente, llamados “usuarios vulnerables de la vía pública”. En Uruguay, durante el año 2020, el 76,2% de los lesionados en siniestros de tránsito fue un usuario vulnerable; y el 67,3% de los fallecidos era un usuario vulnerable.
La norma ISO 39.001 Sistemas de Gestión de la Seguridad Vial (SGSV) - Requisitos con orientación para su uso, es una herramienta que permite ayudar a las organizaciones a reducir, y en última instancia eliminar, los muertos y heridos graves derivados de los siniestros de tránsito. La mencionada norma fue publicada en octubre del 2012 para apoyar la Década de Acción para la Seguridad Vial de las Naciones Unidas 2011- 2020, y tiene mucho potencial para continuar apoyando al 2do Decenio de Acción. A través de la norma se establecen requisitos armonizados, basados en la experiencia internacional y de aplicación en todos los países, en apoyo de todas las organizaciones del sector público o privado que utilizan las vías de tránsito, ayudándolas a mejorar la seguridad vial de una manera estructurada, integral y sencilla.
La Directora de la División de Transporte de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas, Eva Molnar, manifestó en un artículo para la revista ISO Focus que de la misma manera que no se puede jugar al fútbol sin reglas, tampoco se puede participar del tránsito, sin observar sus reglas.
Hasta los primeros años de la década del 2000, la mayoría de las reglas que se aplicaban en el tránsito, provenían de las Convenciones de Viena, un conjunto mínimo de reglamentos aceptados multilateralmente, que entre otras cosas incluían temas como símbolos, señales y marcas, así como requisitos unificados para licencias de conductor, vehículos y otras reglamentaciones aceptadas internacionalmente.
Si bien estas Convenciones, la primera de ellas del año 1968, se actualizaban periódicamente, y se las consideraba como de gran ayuda, las estadísticas de siniestralidad vial, alcanzaban a nivel mundial, niveles alarmantes como fue mencionado y surge la necesidad de cambios a través de nuevas herramientas.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas del año 2004, la seguridad vial se convirtió en uno de los puntos principales de la agenda. Las Naciones Unidas le encomendaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS), liderar una campaña para reducir los siniestros de tránsito y reducir de esta manera las muertes que por esta causa se producían en todo el mundo.
Para encarar esta tarea tan compleja y ambiciosa, unieron sus fuerzas varias organizaciones mundiales, tanto gubernamentales, como no gubernamentales, entre ellas, la ISO a quién se le solicitó la elaboración de una norma internacional para gestión de la seguridad vial, que estuviera dirigida a todas las organizaciones vinculadas de algún modo al sistema vial.
Fue así que se conformó el Comité de Proyecto ISO/PC 241 Sistemas de Gestión de la Seguridad Vial, que se reunió por primera vez en Stockholm, Suecia, en el mes de junio del 2008, el cual tomó como objetivo elaborar la norma internacional ISO 39001 en un plazo de 4 años, el cual finalmente cumplió. Este estándar ha sido desarrollado con el apoyo de expertos de 39 países y 12 organizaciones de enlace (OMS, Banco Mundial, IRF, entre otras).
Actualmente, dicho comité técnico cuenta con 34 participantes miembros y 22 participantes observadores. Además de la mencionada norma ISO 39.001:2012, en abril del 2020 fue publicada la norma ISO 39,002:2020, referida a ¨Gestión de la seguridad vial: buenas prácticas para implementar en los desplazamientos¨. A su vez, ya se ha iniciado el desarrollo de una tercera norma de referencia, ISO 39,003, referida a ¨Orientación sobre consideraciones éticas de seguridad para vehículos autónomos¨.
Ante la solicitud presentada a UNIT, por la Unidad Nacional de Seguridad Vial (UNASEV) y la Cámara de Seguridad Vial del Uruguay en marzo de 2013, en su carácter de Organismo Nacional de Normalización (ONN), y como su representante exclusivo de Uruguay ante ISO y el representante exclusivo de la ISO en nuestro país, constituyó un Comité Nacional para dar la posibilidad de estudiar la adopción de la norma internacional ISO 39001 como norma nacional, el cual debería estar integrado por todas las partes interesadas de nuestra sociedad.
Para ello, se invitó a integrar el mencionado comité a diversas organizaciones públicas y privadas del país que lograron internalizar la norma internacional en un corto período de tiempo basado en el compromiso y ardua labor del consolidado equipo.
Se planifica citar nuevamente al comité técnico nacional a la brevedad, para internalizar la norma ISO 39.002 referida a buenas prácticas de gestión de seguridad vial.
La ISO 39001 tiene algunos elementos que son únicos en la familia de normas de sistemas de gestión. En primer lugar, el objetivo a largo plazo ya está establecido y todos quienes deseen eliminar las muertes y heridos graves en siniestros de tránsito deben utilizar la norma.
Otra diferencia fundamental con otras normas de sistemas de gestión es que algunos factores son obligatorios. Se debe cumplir con las normas jurídicas de seguridad del vehículo para circular de forma reglamentaria, el uso de cinturón de seguridad y sistemas de retención infantil, respetar los límites de velocidad, uso de cascos de protección para motociclistas y ciclistas, no alcohol ni otras drogas en la conducción.
La ISO 39001 también pone mayor énfasis en el contexto externo de la organización. Dado que la circulación por vías urbanas, caminos departamentales y/o rutas nacionales y la seguridad pueden ser entendidos como un sistema, muchas organizaciones tendrían que cooperar con otras partes interesadas del mismo. Esto es aún más relevante si la organización es un fabricante de automóviles o si se trata de una administración vial (Ministerio o Gobierno Departamental).
En general, la norma ISO 39001 tiene un gran potencial para abordar uno de los retos más importantes de nuestro tiempo, la seguridad vial. Ahora, nos corresponde a todos empezar a usarla y conseguir así salvar muchas vidas .
En Uruguay, como consecuencia de siniestros de tránsito, en promedio durante el Primer Decenio de Acción por la Seguridad Vial 2011 – 2020, han fallecidos por año 499 personas y otras 27.261 resultaron lesionadas.
La ISO 39001 ayudará por igual a las organizaciones tanto gubernamentales como privadas, al proporcionar un enfoque estructurado y holístico de la seguridad vial como un complemento a los programas, planes y reglamentos existentes.
Esta norma está alineada con las demás normas de sistemas de gestión de ISO, como la 9001:2015 de gestión de la calidad, incluyendo el ciclo Planificar – Hacer – Verificar – Actuar, así como también con la ISO 45.001:2018, especifica para de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo (SST). Esto hace que sea muy accesible a las organizaciones que ya implantaron otros sistemas de gestión ISO, por lo que se espera que la ISO 39001 sea extensamente utilizada.
La certificación por un auditor independiente de la conformidad del Sistema de Gestión de Seguridad Vial con la norma UNIT-ISO 39001 no es una exigencia de la propia norma.
Certificar o no con respecto a ella, es una decisión que será adoptada por quien la utilice, a menos que sea impuesta por una reglamentación del organismo regulador nacional.
La certificación es una prueba clara del liderazgo de la organización en la materia, ya que demuestra:
Esto puede resultar en una mejora de su imagen, no solo frente a sus funcionarios, proveedores y clientes, sino frente a la sociedad en su conjunto.
Al momento, UNIT ha certificado los SGSV de 4 organizaciones a nivel local, y otras se encuentran en proceso.